Climategate 2.0 – Una secuela tan mala como el original.

osos-polares-climategateAlgo que siempre hay que tener en mente, aunque no siempre está, es que los científicos son personas como usted y yo. Aunque la empresa de la ciencia y su metodología requiera dejar de lado las emociones, los sesgos, las riñas internas y la política, no es noticia que los científicos no pueden hacerlo. De hecho, la emoción y la rivalidad es parte esencial del trabajo científico. La competencia sirve para que cada investigación sea brutalmente atacada y sólo sobrevivan las mejores y la emoción sirve, como en cualquier ámbito, para motivar el trabajo. También en el escepticismo es necesario estar motivado y poner importancia en lo que uno hace.

Por eso no es de sorprenderse que, al igual que cualquiera de nosotros, los científicos se peleen, se puteen y hablen mal de sus trabajos. Una conversación casual con cualquier investigador revela eso. Tampoco es sorprendente que todo ese “puterío” quede confinado tras bambalinas y en las conversaciones privadas de los científicos. A menos claro, que un criminal robe esas conversaciones privadas y las publique para que todos la vean. Y peor aún si hay grupos dedicados que tratan de engañar al público para que piensen que esas discusiones, peleas y debates –comunes a toda experiencia humana- son evidencia de que toda una disciplina científica está corrupta y sus conclusiones son falsas.

El robo y publicaciones de miles de mails privados de científicos de la Universidad de East Anglia fue noticia hace dos años. El evento llamado Climategate fue promocionado por los negacionistas del cambio climático como otro “clavo en el ataúd” para la ciencia climática. Esto no sólo es un sinstentido ya que la ciencia del cambio climático descansa sobre el trabajo de muchísimos otros grupos de investigación, sino que también es falso ya que al menos 6 investigaciones oficiales determinaron que no había evidencia alguna de manipulación de datos o algún otro mal comportamiento científico. Es decir, puros papelitos de colores citados fuera de contexto. Esto recuerda mucho a los creacionistas que utilizan citas de Darwin fuera de contexto para ‘refutar’ la teoría de la evolución (una similitud de la cual ya he hablado).

Esto no evitó que hace unas semanas se divulgara otro archivo con correos privados robados y los negacionistas del cambio climático tuviera un proverbial orgasmo masivo. Nuevamente la maquinaria de sembrar desinformación se puso a trabajar y rápidamente las citas fuera de contexto salieron a la luz y recorrieron la blogósfera. El infame sitio JunkScience publicó decenas de post los cuales contenían cada uno una cita fuera de contexto (ojalá yo tuviera la cara para llenar mi blog de post tan pobres de contenido en vez de tener que leer, investigar y redactar). Pero la realidad es que esta nueva ronda de correos no son más que las sobras de ayer.

La Universidad de East Anglia no reportó ninguna brecha en su seguridad y además ningún mail es más reciente que el 2009; no sólo se tratan de mails viejos que no habían sido publicados el año pasado, sino que incluso algunos se repiten. El mail #2884 de esta nueva camada ya estaba en la anterior como parte del #125555303 (crétidos para este video de potholer54). Si los mails de la entrega original no logaron mostrar evidencia alguna de fabricación de datos, ¿por qué tendríamos que creerle a una mala segunda parte?

En comunicación privada (que sí pedí permiso para publicar) el investigador del CONICET y autor principal del Grupo de Trabajo 1 del IPCC Rivardo Villalba comparte mi desilusión. “Lamento que esto vuelva a ocurrir nuevamente. Pensé que esta historia había terminado después de las auditorias en la University of East Anglia que probaron que no se ocultó nada.”

Un artículo de The Guardian agarra algunas y las pone en su debido contexto y en los comentarios de este post en Real Climate también se resuelven algunas preguntas, es de notar cómo la aparente malicia de algunas citas se reduce a cuestiones de sentido común una vez que se entiende a qué se refiere. Por ejemplo, Jonathan Overpeck, de la Universidad de Arizona, le manda a Ricardo Villalba un mail que contiene la siguiente frase:

El truco sería decidir el mensaje principal y usar eso para guiar qué se incluye y qué queda afuera.

Sin saber de qué están hablando, esto parece ser evidencia de selección de datos pero al leer la oración que lo precede, la imagen es otra:

Creo que lo más difícil, aunque más importante, es reducir la sección a 0,5 páginas. Al ver tu esbozo enviado el 17 de octubre, veo que cubrís MUCHO. El truco sería decidir el mensaje principal y usar eso para guiar qué se incluye y qué queda afuera.

Es decir, se trata de dos autores luchando con el familiar problema de sintetizar la información.

Más aún, muchas de las citas, en las cuales se muestra a los científicos criticando los trabajos de sus colegas no sólo no son macabras en lo absoluto, sino que son exactamente lo que uno esperaría de una comunidad científica saludable y llena de debate. Justamente lo contrario de lo que nos quieren hacer pensar los negacionistas.

Updated_Comparison_10Mientras tanto la temperatura sigue aumentando. (fuente)

Cabe notar que todo este alboroto fue manufacturado, al igual que con el primer ‘climategate’ hace dos años, justo antes de una reunión internacional para buscar acuerdos sobre el cambio climático. Aquella vez fue en Copenhagen, ahora era en Durban. Según Villalba “es el juego de siempre con la intención de arruinar cualquier negociación que tienda a reducir emisiones”. “Es una pena que esto ocurra, pero los intereses atrás de la energía del planeta son tan grandes que no se preocupan por descontextualizar todos los e-mails obtenidos ilegalmente, con el fin de conseguir sus intereses, de confundir a la gente y logar mas ingresos para sus compañías sin importar cual es el costo real y verdadero”.

Conclusión

Como el negacionismo climático no tiene substento alguno en la ciencia, tiene que crear falsas controversias mediante el robo y publicación de información privada y las citas fuera de contexto. Que haya gente que tome tan pobres documentos como evidencia de una gran conspiración es triste pero esperable. “El mensaje que quieren trasmitir es claro: todo está bien en este mundo, el hombre no es responsable de nada, sigamos esta carrera de consumismo de todos los recursos del planeta sin ninguna consideración” dice Villalba. Lo trágico es que ese mensaje es muy fácil de vender, mientras que la realidad –el humano es responsable del cambio climático y tenemos que hacer algo para mitigarlo- es más incómoda e indeseable.

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