De la experiencia a la creencia.

Dunas

“Qué frío que hace; y después hablan del calentamiento global”. Este psedoargumento es más popular de lo que muchos “escépticos” del cambio climático pretenden admitir. Claro que generalmente es utilizado en sentido humorístico y es difícil creer que alguien realmente considere la temperatura que experimenta en su momento como un indicador de la existencia del calentamiento global… o quizás sí.

Jane Risen de la Universidad de Chicago y Clayton Critcher de la Universidad de California, Berkeley argumentarían lo contrario. Ellos publicaron un paper [pdf] en el cual presentan 7 experimentos que sugieren muestran que cuando una persona está en un ambiente caliente, tiende a creer con más certeza que el calentamiento global es una realidad. El paper es muy interesante y convincente; proponen varias explicaciones alternativas para este fenómeno y realizan los experimentos necesarios para descartarlas. La cantidad de sujetos no es muy impresionante: ninguno tiene más de 100 participantes y hay uno con tan sólo 20; además, tengo ciertas dudas con respecto a su criterio de significación estadística (¿un p valor de 0.06 es significativo?). Sin embargo, los efectos son consistentes y repetibles, por lo que creo que tienen un buen caso bajo sus mangas.

El primer experimento sirve para establecer la existencia del efecto. Se le hace una encuesta variada a varios estudiantes mientras caminan por el campus al aire libre. Un análisis posterior muestra que en los días más cálidos los sujetos tendían a confiar más en la existencia del calentamiento global. Afecta por igual tanto a los de ideología de derecha como de izquierda. Se observa, como en tantos otros experimentos, que la ideología de derecha predice una menor creencia en el calentamiento global.

risen critcher

Ante este fenómeno, los autores presentan tres mecanismos básicos: que los participantes usan la temperatura como información para tomar la decisión (confundiendo tiempo con clima), que la sensación de calor provoca que se active el concepto de calor y lo relacionen con la idea de calentamiento (heurística de disponibilidad), y la noción que uno tiende a preferir las ideas que son más coherentes con la sensación que uno experimenta en el momento. Estos mecanismos que parecen tan similares predicen consecuencias distintas y se puede diseñar experimentos para distinguir una de otra. Ni lentos ni perezosos, Risen y Critcher no sólo los diseñaron sino que los llevaron a cabo.

La primera hipótesis predeciría que si la fuente de calor no sirviera para obtener información de la temperatura, el efecto debería desaparecer o reducirse. Para esto, en los experimentos 2 y 3 se realizó una encuesta similar pero esta vez en una habitación cerrada. Los sujetos en la habitación caliente demostraron mayor confianza en el calentamiento global aún si se hacía notar que la habitación estaba calentada artificialmente (obviamente había un grupo control). Esto no es consistente con esta idea de la temperatura como información.

siluetaPara evaluar la segunda, se utilizaron formas estandarizadas de “priming”. Se hacen cosas como dar listas de palabras para ordenar en oraciones, mostrar imágenes que sugieran el concepto, etc…. Si se quiere hacer pensar en la muerte, por ejemplo, se pueden mostrar un cartel de “Calle sin salida” (En inglés tiene más sentido) o siluetas forenses. En el experimento 4 se activó el concepto de “calor” y en el experimento 5, se comparó la creencia en el peligro de las sequías entre participantes en un grupo control, otros a quienes se les hizo sentir sed (¡pretzels gratis!) y quienes se les activó el concepto de “sed”. En contradicción con la hipótesis de disponibilidad conceptual, no hubo diferencia entre el grupo control y el grupo con priming, pero sí hubo diferencia entre el control y quienes comieron los pretzels y tenían sed. Esto no es consistente con la idea de la disponibilidad conceptual.

Los últimos dos experimentos (6a y 6b) investigaron otro posible mecanismo que, en mi opinión, parecería ser una hipótesis alternativa más pero que los autores afirman brinda apoyo a su hipótesis de la experiencia coherente. Se investigó si la claridad con la que los participantes podían imaginar una situación y su correlación con la creencia en el calentamiento global. Para esto se les mostraron varias imágenes que representaban situaciones calurosas, situaciones frías o situaciones neutras con distinto nivel de transparencia. Luego se les pidió que cambiaran la opacidad de cada imagen para que sea igual a como la habían visto anteriormente.  El grupo que realizó esta tarea en una habitación caliente, sintió que las imágenes “calurosas” tenían menos transparencia que las demás, sugiriendo que tienen una imagen más precisa de esa situación. En el experimento 6b un grupo fue expuesto a las mismas fotos. Quienes vieron las fotos calurosas con menor transparencia, luego declararon mayor creencia en el calentamiento global. Los autores concluyen, entonces, que la razón por la cual los sujetos con calor creen más en el calentamiento global es porque pueden imaginar con más claridad una situación congruente con éste.

Ufff.. se hizo largo. Bueno, tampoco es fácil resumir 7 experimentos en 300 palabras o menos. Acá va una imagen de un gatito para compensar por tanta cháchara, cortesía de {placekitten}.

Conclusión.

Si alguien necesitaba más razones para creer que el ser humano no es tan racional como Aristóteles lo pensaba, acá lo tiene. No sólo tenemos sesgo de confirmación, heurística de disponibilidad, desatención de la línea base, y una plétora de otros más, sino que la experiencia subjetiva que tenemos en un momento afecta nuestras creencias de un modo directo. Es más que posible que sea un fenómeno no sólo circunscripto al tema del cambio climático. El experimento 5 demostró que también se observa cuando se trata de el peligro de las sequías, ¿hasta donde llegará?.

Me pregunto, por ejemplo, si personas enfermas tendrán un juicio más crítico hacia la medicina; si, por ejemplo, una persona con nauseas mostrará menor confianza en medicamentos contra ese síntoma que personas sanas. También es interesante la pregunta de la especificidad. ¿Afectará un síntoma específico la confianza en todas las medicinas o sólo en el conjunto de medicamentos que se utilizan para tratarlo? Podría predecirse que el efecto disminuiría cuanto más alejado esté la experiencia subjetiva del concepto a evaluar.

Conocer la amplitud de nuestros errores cognitivos es parte integral del cultivo de un pensamiento crítico maduro y es indispensable para evitar el que quizás sea el más peligroso: el sesgo de punto ciego.


ResearchBlogging.org Risen JL, & Critcher CR (2011). Visceral fit: While in a visceral state, associated states of the world seem more likely. Journal of personality and social psychology PMID: 21244180

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