El clima siempre cambió.
El 21 de agosto en el programa de Adrian Paenza El Debate se habló de cambio climático. Para los que no lo conocen, El Debate es un programa en el que invitan a dos partidarios de posiciones contrapuestas y les dan un espacio para… debatir sus ideas. Paenza es el moderador que se encarga de hacer valer los límites de tiempo y presentar a los participantes. Hay un público en vivo que vota por su opinión al principio y al final del programa para medir el impacto del intercambio en sus creencias; de más está decir que no suele haber mucha diferencia. En este programa en particular la consigna era “¿Es la humanidad responsable del cambio climático?” y los dos participantes eran la Dra. en Ciencias de la Atmósfera Inés Camilloni y el Dr. en Ciencias Naturales Tristán Simanauskas. Ya por sus calificaciones se puede saber quién tomaba la posición afirmativa y quién la negativa. El programa entero de 1 hora está subido a YouTube.
Si hay algo que yo saqué en limpio son dos cosas: que mi impresión de que los “escépticos” no tienen una verdadera teoría alternativa consistente parece ser cierta y que presentar un debate sobre cuestiones científica que no son controversiales sin dar el peso correspondiente a cada opinión es poco informativo. Alguien que haya visto el programa sin saber que el 97% de los climatólogos están de acuerdo con que el hombre es el principal causante del calentamiento global (Doran, Zimmermann 2009 ; Anderegg et. al. 2010) es posible que se haya quedado con la idea de que en la comunidad científica existe un verdadero debate acerca de este tema.
Lo que brilló por su ausencia en todo el debate fue la evidencia a favor o en contra da teoría antropogénica del calentamiento global. Esto no es de sorprender ya que no se trataba de otra cosa que un mero debate televisado. Lo más cercano a verdadera evidencia fueron Inés Camilloni y Matilde Rusticucci que mencionaron que los modelos climáticos no pueden reproducir el calentamiento global de las últimas 5 décadas sin tener en cuenta el aumento en la concentración de CO2 atmosférico. Tristán Simanauskas, por su lado, en ningún momento presentó una hipótesis alternativa ni evidencias que contradijeran esa afirmación sino que se centró en dos puntos completamente irrelevantes al debate: que la reducción en el uso de combustibles fósiles va a ser dañina para los países en vías de desarrollo y que “el clima siempre cambió”. Qué relación tiene esto con la consigna del debate ("¿Es la humanidad responsable del cambio climático?”) sólo él lo sabrá; bien podría haber argumentado que las personas siempre tuvieron cáncer de pulmón y la regulación va a ser dañina para las tabacaleras mientras debatía sobre si el tabaco causa cáncer de pulmón… habría tenido la misma relevancia.
Que el clima siempre cambió es una de las más estúpidas perogrulladas que afirman los “escépticos” del cambio climático (y sin embargo es de las más populares). Siempre me pareció que le faltaba una segunda parte a ese argumento. “El clima siempre cambió…” ¿y entonces? Cric, cric, cric… Que haya cambiado en el pasado o no es completamente irrelevante (e irrelefante) a la atribución de el cambio que estamos experimentando en la actualidad. Me imagino a un abogado diciendo “Señores del jurado, siempre ha habido muertes incluso mucho antes de la existencia del acusado, por lo tanto es imposible que él haya sido el culpable de la muerte de la víctima”. O un patólogo forense realizando una autopsia: “Determinamos que el agujero en el pecho del occiso no fue la causa de su muerte ya que las personas han muerto de otras causas en el pasado. Caso cerrado”.
Pero hay otro problema: además de ser irrelevante, es potencialmente contradictorio. Un argumento favorito de los “escépticos” es que la sensibilidad climática es baja. La sensibilidad climática se refiere a cuánto cambia la temperatura del globo ante un forzamiento externo y generalmente se expresa en el aumento de la temperatura esperado al doblar las concentraciones de CO2. Los climatólogos estiman este parámetro estudiando, justamente, los cambios climáticos del pasado y si bien los valores varían bastante, la evidencia muestra que planeta aumentaría entre 2 y 4,5 ºC al doblar la concentración de CO2 con un valor más probable cercano al los 3ºC.
Si bien se puede calcular el aumento de la temperatura causado por el CO2 de forma directa basándose únicamente en leyes físicas bien conocidas, el sistema climático tiene una serie de feedbacks o retroefectos que complican las cosas. El aumento de la temperatura, por ejemplo, causa que se derritan los hielos. No sé si notaron que el hielo es blanco pero esto significa que refleja mucha luz hacia el espacio (albedo), enfriando el planeta; al derretirse, el albedo del planeta disminuye. Esto a su vez aumenta la temperatura aún más, lo cual derrite los hielos, etc, etc… Este es un caso de feeback positivo, pero también hay algunos feebacks negativos como el posible aumento en la biomasa y su consecuente absorción de CO2 o, posiblemente, el aumento en la nubosidad.
El “escéptico” que afirma lo más campante que “el clima siempre cambió” está diciendo, esencialmente, que la sensibilidad climática es alta. Si ésta fuera baja, el clima sería estable variando poco en relación a los diferentes forzamientos. Y este no es el único caso de contradicciones internas en los argumentos de los “escépticos”; si la sensibilidad climática es baja, ¿por qué el minúsculo cambio en la actividad solar del último siglo va a tener tanto impacto en las temperaturas globales? o ¿por qué un mínimo solar nos llevaría directo a una nueva edad de hielo?
Conclusión.
En la ciencia siempre se trata de contrastar teorías o hipótesis alternativas. La teoría antropogénica del calentamiento global explica una enorme cantidad de observaciones y está fundamentada en ciencia básica. Los “escépticos” no tienen una hipótesis alternativa que las explique mejor; de hecho, los ataques a la ciencia climática son mutuamente contradictorios en muchos casos.
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