Justificando el ad hominem.

Mucha bola no le doy al blog Uncommond Descent. Este blog se puede leer como un libro de texto sobre falacias y mentiras, pero cada tanto algo me llama la atención y lo leo.

Esta vez O’Leary (la misma de la comparación del determinismo con Minority Report) se hace una pregunta cuya respuesta debería ser obvia para quienes entendemos de cánones aceptable de lógica, evidencia y honestidad intelectual: “¿Deberíamos rechazar el Darwinismo debido a su apoyo a los nuevos ateos?” o, en otras palabras “¿Deberíamos utilizar ataques ad hominem?”. La respuesta, claramente es “no”. Para empezar, sólo un fanático cegado por su ideología no puede ver la montaña de evidencia sobre la cual se erige la teoría evolutiva, pero eso sería pedirle demasiado a un creacionista. Pero aún haciendo la vista gorda, ¿cómo alguien podría aceptar explícitamente el cometer una falacia para sostener su punto de vista?. Bueno, O’Leary lo hace y con orgullo.

Para justificar su opinión nos propone un experimento mental.

Asumamos que 80% de los miembros de un grupo social también fueran miembros de un partido comunista o fascista. Pero yo soy una reportera que apoya la libre expresión y una sociedad libre. ¿Debería continuar estando con ellos, o debería distanciarme, arrepentirme y luego sentirme libre de denunciar cuando eventualmente realizan un fraude o algo malo?

Empecemos por considerar que la analogía no es válida. En la pregunta original no se nos pide que seamos parte o no de un club social, sino que aceptemos o no la veracidad de una teoría científica. Una mejor analogía (en su mente) sería, por ejemplo, si aceptamos una teoría que postula que los negros tienen menor IQ que los blancos porque 80% de quienes lo acepta también aceptan ideas racistas. Y la realidad es que dicha teoría debe ser aceptada o rechazada según su propio mérito y a la luz de la evidencia, no porque no nos gustan las conclusiones de quienes se asocian con ella.