Mi visita a un Museo OVNI – La chapa transparente.

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Luego de la charla de Silvia Simondini, ella nos dejó en manos de Pablo Puchet quien se encargó de contarnos sobre “la vedette del museo” y la razón de todo este viaje: la chapa transparente. Por desgracia su exposición nos dejó con más dudas que antes y algunas incongruencias. Por suerte grabamos y subimos a Youtube la charla casi en su totalidad para compartir la confusión.

La chapa

Como tantas historias OVNIs, el relato comenzó con el gobierno llegando al lugar de un impacto y limpiando el lugar de todo rastro de lo sucedido. Algo completamente incontrastable ya que no se nos revela el nombre del chacarero que protagonizó el evento ni se nos dice cómo supieron todo esto. Sin embargo se nos asegura que un metalúrgico que la vio concluyó que la chapa “no está hecha ni en la Tierra ni fabricada por el hombre”.

Esta afirmación extraordinaria y categórica se basa en que el metal tiene, supuestamente, ciertas propiedades que, supuestamente, nadie de los que analizaron la chapa supieron reproducir. Para los distraídos, este es un clásico argumento por ignorancia. Que él no sepa cómo se puede tener un material así no significa que nadie en el planeta (de 7 mil millones de personas) sepa fabricarlo.

414551_10150498159971864_661301863_9042309_2017506828_oEl hecho es que una de las razones por la cual concluyen que el material “no es de este planeta” es que a pesar de los surcos que se pueden ver en las fotos, la chapa al tacto es “lisa como el vidrio”.

Esto en realidad no es nada sorprendente. Los surcos pueden ser demasiado superficiales para ser detectados con el dedo y aún así acumular mugre; o pueden ser producto de un tratamiento superficial desparejo (óxido en las líneas obscuras). También podría ser que el material tiene un recubrimiento cerámico transparente, lo que lo haría literalmente “liso como vidrio”. No hay ninguna razón para pensar que esas líneas son de origen extraterrestre más allá de las ganas de creer.

Que la pieza mida 1 mm de espesor en un lado y 2 mm en otro tampoco es indicación de origen extraterrestre. En materia de transformación de chapa es increíble todo lo que hay y lograr una variación de espesor es algo trivial. Tampoco es sorprendente que mida 1mm (“no tiene NADA”, dijo Puchet); las chapas de los autos tienen generalmente 0,4 mm y se pueden lograr espesores aún más finos sin mucho esfuerzo.

En cuanto a sus propiedades, se nos dijo que su dureza no pudo ser calculada y que no se pudo “reproducir” la chapa según su composición (“No se pudieron unir los elementos”). Gracias a Alejandro Agostinelli (y su libro Invasores), me contacté con Celso Aldao, doctor en Física, que en su tiempo mandó a analizar un pedazo de la chapa. Esto es lo que me dijo:

El análisis químico indicó que la muestra se trataba de una aleación de base férrea con altos tenores de Cr, Ni, Ti y Mo, lo que permite encuadrar el material en la familia de las aleaciones denominadas aceros inoxidables. La microestructura es de tipo martensítico-austenítico, tal cual lo esperable para una aleación de la composición química determinada. La muestra resultó ferromagnética y presentó una dureza aproximada a 28 HRc. Ambas características concuerdan con la composición química y microestructuras observadas.

En síntesis, nada especial.

No sólo eso, sino que Agostinelli también me mandó unos análisis que recibió de la propia Simondini en donde claramente se lee:

El valor de dureza Brinell es de HB 390 y su equivalente en dureza Rockwell es de 42 Rc.

En conversación con Silvia Simondini, me confirmo que esos análisis los habían ordenado ellos. Sin embargo me advirtió que ninguno estaba firmado, según ella, porque se trata del fenómeno OVNI. También me aclaró que tienen varios análisis más de este tipo pero el único que les convenció fue uno realizado por un científico del Balseiro. Se negó a dar nombres y no recibí una copia escaneada del informe. Si los análisis no firmados tienen que levantar sospecha, ¿qué tengo que pensar de uno completamente anónimo y que ni siquiera puedo leer?

Durante esta presentación es cuando surgieron los errores científicos más absurdos y evidentes. A los que comenté antes puedo agregar una larga lista. El Titanio no es “el material más duro que hay en la Tierra” como dijo Puchet; éste es un 6 en la escala de dureza Mohs lo que lo deja por debajo del Diamante, el Corindón, el Topacio y el Cuarzo. Y a pesar de lo que dijo en la charla, un acero inoxidable tiene hierro por definición. Decir que un acero no tiene hierro es como hablar de un círculo cuadrado.

Las serias inconsistencias comenzaron cuando trató de convencernos de que la chapa es translúcida. Las fotos que nos mostró eran muy poco convincentes y se ve lo que muy probablemente sean reflejos de otros objetos que él interpreta como una transparencia. Fotos muy pobres que, además, eran incongruentes con su historia.

chapasEs que según Puchet, la chapa produce un efecto de “mimetización” sólo cuando es expuesta a la luz natural y sólo cuando se la ve a través de una cámara. Es decir que si uno ve la chapa a simple vista nunca va a ver la transparencia, sólo la va a ver después de sacar la foto y mirarla en la computadora. Esto es bien consistente con el fenómeno de pareidolia; la foto tiene menos información que lo que uno ve (visión estereográfica, otros estímulos, movimiento, contexto, etc…) y uno tiene más tiempo para analizar la foto y convencerse de que ve un fenómeno que en realidad no está ahí.

El problema es que muchas de las fotos que presentan son claramente sacadas con flash en una habitación cerrada. La típica sombra nítida a un lado de los sujetos es muy evidente en fotos como de abajo a la derecha. Si esa foto realmente hubiera sido sacada con luz de día, el Sol debería haber estado casi paralelo y dándole directo a la cara. Puchet trató de convencerme de que esas fotos estaban sacadas con luz natural (aunque en un momento me dijo que estaban sacadas con flash Y luz natural).

Pero aún más contradictoria es la conclusión a la que se llega. Según nos dijo Puchet, esta chapa se mimetiza para que uno no pueda verla cuando está volando por encima nuestro. Sin embargo uno las puede ver si les saca fotos porque “la cámara es más poderosa que el ojo”. Luego de 15 minutos en los cuales nos trató de convencer que a simple vista parece una chapa común y sólo se transparenta cuando uno le saca una foto, ahora se dio vuelta por completo; la chapa engaña a la vista pero no a la cámara. “Nosotros no lo vamos a ver, pero las cámaras que son mucho más sensibles, sí lo van a ver”

En resumen, luego de ver la mejor evidencia que tienen, la hipótesis de que estamos ante un caso de pareidola no sólo no es refutada, sino que se refuerza aún más.

En el próximo ¡y útlimo! post vendrán las conclusiones.

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