Norrie mAy-Welby – Ni hombre ni mujer.

Símbolo de Mercurio, usado para idenficiar personas transgénero o hermafroditas. Prepárense para las avalanchas de ideólogos absolutistas; se viene una grande. Si los intentos de legalización del matrimonio homosexual y la adopción por parte de parejas del mismo sexo les causa indignación y comezón a quienes no logran ver la complejidad y diversidad en el mundo, creo que esta noticia los va a dejar con la boca abierta y sin saber hacia donde apuntar su puño en alto. Norrie mAy-Welby es la primera persona en ser reconocida, oficialmente como “sin género”.

Nació como hombre en Gran Bretaña, aunque migró a Australia a los 7 años y a los 28 se sometió a una operación de cambio de sexo. Pero así como no se sentía a gusto con una identidad masculina, tampoco se identificaba como mujer. Por lo tanto, se autoidentificó como “neuter”, que en inglés significa “castrado” y “neutro” (el género gramatical). Su acta de nacimiento fue modificada para que fuera anotada como “sin género” luego de que los doctores no pudiera determinar su sexo. Supongo que su nombre artístico es un juego de palabras con la expresión “May Well Be” que sería “bien podría ser”.

Si algo nos enseña el mundo es que los conceptos son abstracciones cuyos límites se vuelven difusos en los límites. A medida que nuestro conocimiento se vuelve más sofisticado, también empezamos a entender que “hombre” y “mujer” no son entidades discretas, sino que es un continuo. La identidad sexual es un concepto mucho más complejo de lo que antes se creía no sólo desde lo psicológico, sino también desde lo biológico. Conocemos, por ejemplo, el Síndrome de Insensibilidad a los Andrógenos (SIA, antes conocido como feminización testicular) que resulta en una persona con cromosomas XY pero que se desarrolla como una mujer sin útero u ovarios. Hay casos de hermafroditismo como es posiblemente el de Caster Semenya y problemas para decidir si es correcto otorgarle el premio de Mujer del Año a una transexual. (Curioso que hace unos días haya salido un artículo que hablaba de gallinas mitad macho, mitad hembra)

La distribución de los sexos, entonces, no es discreta, sino que podría ser  mejor representada por una Curva de Bell duplicada. En los dos picos está la mayoría de la población, aquellos que pueden definirse razonablemente como “hombre” o “mujer”. En el medio, donde ambas se juntan, está una zona más indeterminada, en donde determinar quién es hombre y quién es mujer se hace más complicado.

Curva de Bell Doble

Por suerte, la mayor parte del mundo cae en los dos picos, por lo que nuestros conceptos siguen siendo útiles y pueden estar en los documentos y actas de nacimiento. Pero siempre tenemos que reconocer que no se tratan de definiciones discretas y perfectamente delineadas.

Una analogía podría hacerse con la diferencia entre estrellas y planetas. Nadie pensaría que estos sean conceptos que se “tocan”, pero sólo hace falta saber que si Júpiter fuera 80 veces más masivo, sería una enana marrón. Los mismos astrónomos tienen problemas para categorizarlas. ¿Son planetas enormes o estrellas muy pequeñas? La realidad es que a las enanas marrones no les importa, ellas son idénticas a sí mismas (Principio de Identidad) y no importa cómo se clasifiquen, su comportamiento va a ser el mismo.

Así, tampoco importa si a una transexual se la llama “hombre operado” o “mujer”, va a seguir siendo una persona que nació como hombre, se sometió a una serie de intervenciones para adquirir características femeninas y vive su vida como mujer. ¿Es eso una mujer? Quizás si, quizás no. Personalmente, si quiero categorizar a alguien quiero que esa categoría sea útil; si un individuo se siente mujer, se ve como mujer y en sus interacciones sociales es indistinguible de una mujer, creo que es útil identificarlo como mujer. Si un individuo se siente “neutro”, se ve como neutro y en sus interacciones sociales no es clasificable como hombre o mujer, ¿por qué no llamarlo neutro?

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