Impacto del calentamiento global en las mal llamadas especies de sangre fría.
Uno de los impactos más obvios del aumento de la temperatura es en los animales ectotérmicos. Estos son los bichos que no regulan su temperatura internamente sino que usan su ambiente para controlar su temperatura corporal y su metabolismo (como un aparte, es interesante el artículo de Wikipedia que afirma que la dicotomía sangre fría – sangre caliente es arcaica y ha sido dejada de lado en favor de categorías más sutiles). Hace un tiempo un grupo de investigadores habían usado un modelo matemático que exploraba los cambios metabólicos en este tipo de animales y se concluía que era imposible saber si su aumento iba a ser para mejor o para peor.
Mayor temperatura significa un metabolismo más alto; y éste requiere más alimento y esfuerzo cardíaco, pero también aumenta el crecimiento y la reproducción. Estudios de laboratorio muestran que el crecimiento y la temperatura tienen una relación en forma de parábola. Hay un punto máximo luego del cual mayor temperatura resulta en menor crecimiento debido a que las necesidades metabólicas exceden la capacidad total del animal.
Imagen traducida de Neuheimer et al.
En el flamante journal “Nature: Climate Change” (aprovechen que esta edición hay muchos artículos gratuitos) un estudio tomó datos del crecimiento de un pececillo australiano (una especie de pintadilla) y concluyó que los individuos que se encontraban en ambientes por debajo de la temperatura óptima mostraban un aumento en el crecimiento que se correlacionaba con el aumento de la temperatura. Pero los que vivían en lugares donde las temperaturas están en la parte los límites más cálidos de su hábitat mostraban menor crecimiento. Con los datos pudieron deducir que la temperatura donde se produce el punto de inflexión está al rededor de los 17 ºC.
Imagen traducida de Neuheimer et al.
Esto significa que aún con el modesto aumento de la temperatura global (0,8ºC con respecto a los valores preindustriales) ya pueden verse los efectos del cambio climático en este tipo de procesos. Si estos resultados son aplicables cualitativamente a otras especies ectotérmicas sería esperable observar una reducción en los hábitat al mismo tiempo que un aumento en la abundancia en las partes que no superen la temperatura máxima. Este aumento, sin embargo, no tiene que verse como algo necesariamente positivo ya que no deja de ser un golpe a la estabilidad del hábitat.
En una pieza de opinión que acompaña la edición del journal se hacen las aclaraciones de siempre pero que no están de más. La tasa de crecimiento de una especie no sólo depende de la temperatura sino también de una gran cantidad de otros factores como la depredación, la explotación humana, disponibilidad de alimento, etc.. (End of Thinking Capacity)
Neuheimer, A., Thresher, R., Lyle, J., & Semmens, J. (2011). Tolerance limit for fish growth exceeded by warming waters Nature Climate Change DOI: 10.1038/nclimate1084
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