La evolución de la política.

Si hay algo que siempre me molestó de la antropología es la falta de métodos cuantitativos de análisis. Los métodos cualitativos como integrarse a las sociedades que se estudian, probar sus drogas alucinógenas o entrevistar sujetos sirven para hacerse una idea general, generar algunas hipótesis y descartar las que son groseramente falsas. Pero para contrastar entre varias explicaciones alternativas o adquirir un conocimiento más sutil es imperioso cuantificar, realizar modelos matemáticos y analizar los resultados estadísticamente.

Currie, et al. (artículo en Nature) trata de diferenciar entre varios modelos tradicionales de desarrollo de las sociedades y, quizás por primera vez en esta disciplina, utiliza análisis cuantitativos tomados de las biología. Los investigadores crearon, usando el mismo método que se usa en biología pero usando la similitud entre idiomas, un árbol filogenético de 400 lenguas del sudeste de Asia y el Pacífico (Austronesia). Los idiomas muy similares se tienden a agrupar juntos de la misma forma en que lo harían especies relacionadas. Luego, en la las puntas del árbol pusieron las características de las sociedades actuales (así como en biología uno pondría las especies no extintas) y, usando varios modelos, estimaron cómo fueron cambiando a través del tiempo.

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El árbol se construyó a partir de 400 idiomas de Austronesia y representa el consenso mayoritario de 1000 árboles creados por el algoritmo. Luego se “podaron” las ramas para dejar sólo las 84 sociedades de las cuales se tienen datos lingüísticos y políticos. El nivel de complejidad social se definió como el número de jerarquías (en un estado moderno sería el gobierno federal, las provincias, los departamentos, etc…). Las sociedades sin liderazgo más allá de la comunidad local se llamaron “acéfalos”; las de 1 nivel más allá de la misma, “dominios simples” [simple chiefdoms]; 2 niveles, “dominios complejos”; y 3 o más, “estados”.

modelos Los 6 modelos investigados son los que se ven en la imagen a la derecha. En algunos, las transiciones son salteadas, otros tienen características más dirigidas, por último, hay un modelo llamado “FULL” según el cual no habría patrón alguno y todas las combinaciones son posibles. El modelo que mejor se ajustaba a los datos fue el llamado “UNI” que permite transiciones tanto hacia mayor complejidad como hacia menor complejidad. El modelo “RU”, que permite transiciones salteadas desde organizaciones complejas a simples fue el segundo mejor.

Creo que la mayor importancia del trabajo no es tanto sus resultados (que confirman ideas previamente aceptadas) como sus métodos. Jared Diamond, quién escribió la pieza de opinión que acompaña el paper dice

Una vez que leí el paper, me resultó obvio que esta era la mejor forma de resolver cuestiones acerca de la evolución de la complejidad política – pero nunca se había hecho antes. Si uno está tratando de entender relaciones filogenéticas, obviamente la mejor forma de hacerlo es mediante un análisis cuantitativo, en vez de hablar en el aire y encontrar ejemplos.

Robert Carneiro, un antropólogo del Museo de Historia Natural de Nueva York también afirma que “Su objetivo es antropológico. Pero su método es completamente diferente a cualquier cosa que hayamos usado”.

Cabe resaltar que este paper hace predicciones contrastables. El árbol filogenético propuesto nos dice la probabilidad de que las “sociedades transicionales”, aún desconocidas, tengan tal o cual sistema de organización. Futuros descubrimientos podrían corroborar o falsear el modelo. Este es un rasgo importantísimo de toda hipótesis científica.

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