La Iglesia Católica quiere hacer que la mitad de la población sea pedófila.

O al menos eso tiene tanta credibilidad como los recientes dichos del obispo de Córdoba. He visto pocas declaraciones que tuvieran una mayor concentración de homofobia, intolerancia, desinformación, demonización y estupidez (aunque hay una que se me viene a la mente).

La Unesco tiene un plan para "hacer que la mitad de la población mundial sea homosexual". Esta sorprendente declaración pertenece al obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, y fue pronunciada durante la celebración el pasado 26 de diciembre en esta ciudad andaluza de la Fiesta de la Sagrada Familia. Una homilía colgada en fin de año en la página web del Servicio para la Comunicación de los Obispos del Sur de España.
El prelado afirmó en su sermón que el cardenal Ennio Antonelli, presidente del Consejo Pontificio para la Familia, del Vaticano, le había comentado "hace pocos días en Zaragoza que la Unesco tiene programado para los próximos 20 años hacer que la mitad de la población mundial sea homosexual".

Creo que esto cabe en la categoría “¡AhhH!, la estupidez… ¡me quema!” y sería gracioso si no fuera infinitamente ofensivo. Para peor, esto viene de la boca de un obispo durante una homilía, no de un crank sin habilidades sociales que vive en el sótano de la casa de sus padres y usa un casco de papel de aluminio. Los comentarios en la noticia son impagables (de ahí salió el título de esta entrada). Incluso creyentes se avergüenzan de lo que dice el prelado.

Para mi sorpresa (aunque no debería serlo), Rafael Palacios hace eco de estas declaraciones en un breve post:

La noticia aparece en varios medios de comunicacion, alternativos, como Ademuz Experience o Rebelion, o el diario El Mundo. Leed la noticia entera y os dareis cuenta de que es lo que vengo afirmando desde hace ya mas de una decada.

Sí, además de conspiranoico, ufólogo, negacionista y todo lo demás, es un homófobo que cree que la homosexualidad es parte de un “nuevo orden mundial”. Lo que realmente me sorprende es que alguien que es capaz de desconfiar en el consenso de más del 95% de los expertos en un campo, abraza sin más algo que un tipo dijo que le dijeron. En realidad él tiene un amplio historial en creer cualquier cosa que le caiga en su falda y que encaje con su agenda ideológica. Desde creer que Júpiter genera luz propia (spoiler: se trata del brillo de la lente) hasta creer que un poste de luz es el planeta destructor Nibiru.

Una vez escuché a alguien explicar la ley de poe de esta forma: Pensá en la idea más ridícula que puedas imaginarte; existe alguien, en algún lugar del mundo, daría su vida para defenderla. Me tomo la libertad de parafrasearlo “Pensá en la idea más ridícula que puedas imaginarte; Rafael Palacios cree que es verdad”.

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